jueves, 1 de julio de 2010

LA LABOR SOCIAL DE LA EMPRESA.

Es increíble que en tan poco tiempo hayamos pasado de buscar las mayores coberturas sociales a poner en duda el estado del bienestar; y si esto además ocurre con el mismo presidente de gobierno, resulta además de sorprendente, grotesco.

Yo que no entiendo de magnitudes macroeconómicas, siempre vi un problema de subsistencia del estado del bienestar, en el desarrollo acelerado (enfatizo lo de acelerado, porque lo que resulta de gravedad a los sistemas biológicos no es que se produzca un hecho en sí mismo, sino la velocidad creciente que adquiere para un tiempo dado) de las economías socializadas (socializada políticamente como la china, o socializadas socialmente por estructura de castas o dependencias cuasi esclavistas de otras economías asiaticas). En éstas los crecimientos del 8 al casi 12% no han podido ser asumidos por las economías occidentales; el desarrollo de las economías orientales emergentes se inicia con la producción de bienes de consumo con destino a los países desarrollados, la situación en estos, da como resultado, el sentido a la expresión “o nos vamos a producir a china o no somos competitivos” que se convirtió en la seña y señal de la estrategia empresarial; esto da como resultado que en estas economías los trabajadores se prejubilan o jubilan para reducir los costos estructurales de una empresa que se ha ido a producir fuera (le cargamos al estado el costo de la jubilación); las economías emergentes aceleran su crecimiento comprando bienes de equipo para aumentar su oferta en los países desarrollados; en primera instancia el PIB de los países desarrollados crece acelerado por el consumo interno (movido por el precio del dinero y el bajo precio de los productos), en las economías emergentes el PIB crece por el comercio interno (crecen las necesidades) y externo (crecen las ventas al exterior); todo perfecto si creemos en que existe el móvil perpetuo.


En España que sin duda es un país en el que se prodigan poco los empresarios industriales (ya he explicado en algún otro artículo, que no considero empresario a los que tienen empresas en las que mayoritariamente interviene el capital como activo productivo), ha ocurrido lo anteriormente señalado, aunque condicionado por un desprestigio social irracional hacia la labor del empresario, una presión política inconsciente, una competencia hiperacelerada (favorecida por las actividades en competencia desleal de la administración, los bancos metidos a empresarios, o las asociaciones ofreciendo servicios empresariales pagados con dinero público), y a una selección negativa incontrolada (los más aptos han ido posicionándose en la administración, lejos del ejercicio empresarial). Esta situación ha dado en producir que el tejido empresarial español haya ido desapareciendo tragado por la administración en forma de funcionarios; por el ladrillo convertidos en especuladores; o por su indiferencia en un “que inventen ellos” refiriéndose a los trabajadores y a políticos insensibles para con sus necesidades.

De otro lado en la clase empresarial y política se ha instalado la idea de que el objetivo único de la empresa es ganar dinero; y obviamente es un objetivo basado en que si una empresa no gana dinero por encima de sus costos deja de ser empresa y cierra; pero no es un objetivo único, para que las empresas ganen dinero los estados crean leyes, normas, etc… y sobre todo necesitan un mercado; esto que parece tan de difícil comprensión para el legislativo y el ejecutivo, lo tenían muy claro las autoridades chinas cuando en un viaje que realizamos un grupo de empresarios, nos ofrecían el siguiente negocio: comprar el 50% de una empresa que tenia 20 ha de invernaderos; nosotros poníamos lo que habían costado los invernaderos terreno incluido, y ellos se quedan con el 50% de la sociedad; ¿qué ponía el gobierno chino en esta operación?, ponían lo más importante, “el mercado”.

Parece que fruto del capitalismo, los estados occidentales hemos olvidado que nosotros ponemos el mercado y que una empresa además de ganar dinero y pagar los impuestos establecidos, ha de servir a la comunidad mediante la transferencia de parte de sus beneficios en forma trabajo que a su vez genera nuevas entradas de impuestos que derivan en un mantenimiento del estado del bienestar.

Esto suena a intervencionista, pero tendremos que plantearnos algo muy simple; o aceptamos la ruptura del estado del bienestar (privatizamos la educación, la sanidad, las pensiones, etc…) o nos dejamos de dogmatismos capitalistas y librecomerciales para mantenerlo.

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4 comentarios:

Nikope dijo...

Con Mao tenían una frase "Haz la revolución y no la producción", tras la muerte de Mao hubo una revolución interna en el partido comunista y se dio un giro de 180 grados. Aquí vamos poco a poco a lo que promulgaba Mao, mucha revolución y que produzcan otros. Te dejo este enlace quizás te interese, fíjate en la fecha.
http://almeria-independiente.blogspot.com/2010/06/un-guru-actual-santiago-nino-becerra.html

quebrantandoelsilencio dijo...

Que los trabajadores sigan con su lucha es imprescindible a día de hoy puesto que cada vez vamos a menos. Que los políticos lo hacen mal, desde luego pero lo más importante es que los empresarios siempre se preocupan cuando las cosas les van mal, que pocos hay que invierten los beneficios de las vacas gordas en mejorar sus empresas y a sus trabajadores.

Jose L RAya dijo...

disculpas a los que no me conozcan, pero he cambiado un poco el texto; es que como no soy un profesional de la escritura, en la relectura quiero dejar más claros los concepto, de nuevo mis disculpas.

Muy de acuerdo con Nikope, y en relación a quebrandoelsilencio yo los empresarios que conozco, no son especuladores ni con el sueldo de los trabajadores ni en sus empresas, si bien y en honor a la verdad el ladrillo los encandilo, hasta casi acabar con ellos.

ESPERANTO dijo...

Pepe,comparto tu idea a pies juntillas!!
Mas vale que cambiemos un poco el concepto del "estado del bienestar".
Los engranajes no funcionan.
Se ha partido el cigüeñal del respeto a los derechos fundamentales, se ha roto el piñon de la economia y la cadena de la clase politica está muy destensada.
Ahora viene un puerto de primera y mucho me temo que España, no solo no tiene buenas piernas para subir, sino que ya hace tiempo le ha dado la pájara.