lunes, 15 de febrero de 2010

QUIEN SE COMIO MI “LADRILLO”.

Hace unos meses escribí un artículo que trataba de apuntar soluciones para que miles de propietarios que estaban esperando su vivienda de promociones acabadas o a medio acabar, la obtuvieran sin perder el dinero invertido y viendo como a los bancos, a los que tan generosamente sus impuestos venían a ayudar, terminasen ejecutando una hipoteca que era suya. Ha llovido desde entonces y el ejecutivo tan solo ha considerado la posibilidad de pasar las viviendas que podían tipificarse como vivienda habitual para transformarlas en “protegidas”; y sin haber apretado un tornillo, el sistema económico se pregunta “¿cuándo acabará la crisis del ladrillo?”.

Allá por el mes de junio 2007, los que entendían opinaban que el final de la crisis del ladrillo estaba a un año vista, y te lo justificaban muy adecuadamente; seis meses después “ya se hablaba de que había muchas viviendas” construidas y que costaría salir; un año más tarde, los entendidos y otros unidos al festín, hacen cábalas en relación a que tenemos viviendas para cuatro años. Todo aquel que se atreve a dar una fecha para la salida de la crisis del ladrillo (uno de los tres motores que impulsan la nave de Expaña) tiene que considerar de que hay según fuentes hasta cuatro millones de viviendas construidas sin vender (según datos oficiales, poco más de un millón) y que la mayoría están en la costa (70%); para adulzar el trago, la propaganda del Gobierno le informará que en este trimestre se han vendido más viviendas que en el mismo trimestre del año anterior (esto ya lo decía mi abuelo, “para que un año esa bueno, solo hace falta que el anterior sea muy malo”). Así que entre econométricos y propagandísticos, lo cierto es que promotores, ingenieros, albañiles, ayuntamientos, gruistas, carpinteros, fontaneros, electricistas…. Y toda suerte de profesiones ligadas con el suministro a viviendas han de armarse de paciencia y ponerle “una velica a la virgen”.

El gobierno, tan dado a dar soluciones con nuestro dinero, no acierta a encontrar como vender esas viviendas, lo cierto es que no hay compradores para viviendas adosadas en tercera o septima fila de playa, no hay compradores para apartamentos de 52 metros cuadrados con vistas al mar, ese mar que se ve el dia que no hay bruma, por entre dos edificios próximos; no hay compradores para viviendas residenciales en régimen de comunidad en parcela con un uso del suelo del 37 al 60%, con un aparcamiento por vivienda, no hay compradores para viviendas que solo se usaran en verano y a las cuales se accede, en el mes de agosto, después de haber perdido 20 minutos buscando aparcamiento y dejando el coche a 2 km de la casa.

Si, para este tipo de construcción “made in costa-spain” no hay compradores, eso quiere decir que tardaremos mucho en librarnos de nuestro parque de viviendas costeras; ¡aguantaremos los paletas, los gruistas, los ingenieros y gentes vivientes del “ladrillo”!. Yo creo que no. Es por tanto que la solución no está en vender estas viviendas a precio de saldo, que ni a si nos son compradas, sino decretar la muerte del modelo y buscar un modelo nuevo de desarrollo urbanístico, aunque no tengamos ni I+D+i de la construcción.

Tendemos a pensar que nuestro modelo es el único posible, pero nada menos cierto; por ejemplo, en las peliculas made in USA, se ve un modelo en el que las viviendas son unifamiliares, tiene jardín amplísimo, verja perimetral de madera, un jardín comunitario (donde no se cagan los perros), acera, otro jardín comunitario y después esta la calzada de 14 metros; también tienen ese modelo de casas impresionantes con cinco hectáreas de parcela; en Francia o Alemania, me asombra ver ese rosario de casitas una junto a la otra con jardín privado donde el “paisano” siembra sus tomates, sus pimientos y tiene hasta un estanque, modelos de desarrollo urbanístico hay los que queramos inventar, cada uno tiene sus ventajas y sus inconvenientes.

Esto de buscar “un nuevo modelo de desarrollo urbanístico” suena a campaña política de tercera (esa a la que tan aconstumbrados estamos, basada en decir algo que no dice nada y que solo llena el espacio sideral con sonidos) , es por tanto que me gustaría proponer uno para las zonas de ocio o vacaciones, uno para la mayoría de los pueblos de Almería, uno que busque el el ocio, en el turismo un desarrollo de nuestros pueblos. Desde una posición de observador a pie de calle de las vidas y costumbres ciudadanas (vamos que no lo hago como experto, que no lo soy), yo vería viable un modelo que edificara en la costa o en zonas de ocio de más al interior, urbanizaciones con parcelas de 500 a 5000 metros cuadrados en las que se puede edificar una vivienda, con pista de tenis o piscina o huerto, que tendrán su depuradora con tratamientos terciario de aguas residuales (controlada por un servicio municipal, que evite la contaminación del medio), que contará con aparcamiento interior y exterior a la misma, porque las calles serian amplias y arboladas (solo pienso en palmeras wasintonia, que son las que no se come el escarabajo, que son las que no rompe el viento y de las que no caen las hojas con la brisa), urbanizaciones al gusto de los centro europeos y británicos, y los españoles que gustan de la tranquilidad y el buen vivir; en el que los más pudientes tuvieran pista de tenis o padel, piscina, estanque y huerto, y los menos su casa con huerto a su gusto y tranquilidad.

Obviamente este tipo de urbanizaciones es menos rentable que los abigarrados enjambres construidos hasta la fecha. Menos rentable para los especuladores inmobiliarios (esos que compran un terrenillo que después el alcalde de turno recalifica y a vivir que son dos días); menos para el ayuntamiento que se ha de preocupar más de los vecinos y menos de los promotores, además por metro cuadrado de termino municipal recibe menos impuestos en construcción (impuestos que dicho sea de paso deberían de ser administrados por una administración superior); menos para el gabinete de arquitectura que hacia un proyecto y lo calcaba desde Santa Pola hasta la Romanilla en Roquetas.
Pero sería más rentable para los empresarios promotores de viviendas que dejarían de contar con la "inestimable colaboración" de amateres especuladores que animados por la banca se meten a hacer viviendas, los albañiles y pequeñas constructoras que verán multiplicado su trabajo y sus ingresos (que no son lo mismo las obras que las obras subcontratadas), será más rentable para los pequeños estudios de ingeniería o arquitectura que podrán ser creativos y cobrar precios justos por su trabajo, más rentable para los jardineros que verán aumentar su trabajo, y en general más rentable para el sistema económico que verá aumentada su productividad en relación con el antiguo sistema.
A la pregunta “quien se comió mi ladrillo”, Los gobiernos municipales reaccionan pidiendo financiación (ya no tenemos este ingreso, pues que papa estado nos dé más), el gobierno de Liñan con una ley sobre "el derecho a la vivienda" (más viviendas protegidas, no está mal, de todo quiere "Dios" un poco; veremos cómo se materializa la ley), el de la Nación con un ministerio sin papeles y buscando "el ladrillo" en el mismo modelo en el que antes habíamos negocio, quejándonos de nuestra suerte y alegando que lo que antes hicimos mal ya no volveremos a hacerlo, como si los Dioses nos debieran perdonar por nuestra osadía de seres mortales.

Ante esta aptitud de los gobiernos en Expaña, como afiliado de UPyD (ese partido que busca la regeneración del sistema democrático y también el productivo) propongo que hay que buscar la riqueza, la productividad, el empleo en otras alternativas; y esto en el sector de la construcción se llama “cambiar de sistema urbanístico”.

3 comentarios:

César Mateos dijo...

Inapelable señor Raya:
No hay cortapisa a tu razonamiento. Únicamente encuentro una cosa complicada. Este modelo nuevo de construcción ¿incluye la destrucción de los cuchitriles ya construídos o su respeto a mayor gloria del recuerdo de lo que fue y no debió ser?
El cambio de modelo constructivo también pordría orientarse, desde mi modesto punto de vista, hacia la rehabilitación de todo tipo de espacios, hasta los que han sido víctimas de abusos y corrupciones (como el Algarrobico). Esto de la rehabilitación es lo que se hace en el resto de Europa, y desde luego exigir una formación a los que se dediquen a estos menesteres y acabar con el mal estudiante metido a paleta.

Jose L RAya dijo...

Gracias señor Mateos, obviamente cuando digo que a los ayuntamientos se les ha de quitar la competencia recaudatoria en relación con el urbanismo, lo digo para que ese dinero pueda servir para restaurar no solo los desastres del urbanismo (algarrobico incluido); se imagina usted lo que podría ocurrir si el 1% de lo recaudado hubiera servido para rehabilitación del patrimonio arqueológico?; En su lugar ha servido para dar servicios que ningún ciudadano ha pedido o para incrementar el costo de esos servicios (los sucesos del Ejido pueden ser fiel exponente, pero también le recuerdo que hay municipios en los que un guardia municipal gana el doble que un guardia civil, o que las empleadas de la guardería ganan un 30% más que un maestro de secundaria).

Jose L RAya dijo...

Hoy alguien me ha preguntado en referencia a este articulo.
“Oye, y que pasa con los que han comprado terrenos con edificabilidades altas según en el PGOU?”.
Bueno le he dicho yo, no pasa nada, ellos habían comprado en esas condiciones y tienen dos opciones o siguen con sus condiciones de compra, o le piden al Ayuntamiento que en las modifique en el modificado del PGOU.
Por su lado el ayuntamiento debería de establecer unas normas que incluirían la limpieza y vallado perimetral de la parcela en cuestión (posibilidades de hacerlo aparcamiento, realización de ajardinamientos, etc.., obras para evitar que las pluviales inunden o causen daños); y debería regular el IBI de las misma, habida cuenta de que los promotores en bastante tiempo no podrán sacar rentabilidad a las parcelas.