miércoles, 25 de febrero de 2009

LA DIGNIDAD DEL TRABAJO

De pequeño (tengo 47 años) me enseñaron que el trabajo, en si mismo, dignifica; mas tarde y en plena euforia de los 80 con los Albertos, Don Mario y otros en el candelero noticial esta realidad cambio y por lo visto había trabajos denigrantes y otros que si que tenían dignidad; la sociedad española más cosmopolita valoraba mas lo que tenias que lo que eras y los valores tradicionales quedaron obsoletos frente al “pelotazo”.
Una década más tarde y tras haber pasado por una crisis y los Albertos casi en la cárcel y divorciados (las que tenían dinero eran “las ellas”) y Mario conde en la cárcel (dejo de ser tan listo o “no me des dinero, ponme donde lo hayga”) y una crisis energética y de construcción; se ve que no aprendimos nada en aquella crisis, habíamos vuelto si cabe con más virulencia, a la fiebre del “pelotazo” ya no solo inmobiliario, sino cultural.
En el ranquin de la dignidad parece que están en primer lugar los artistas y deportistas (solo tenemos que ver las listas de premios y la repercusión en los medios de comunicación, aunque a estos últimos les dura poco); después los del pelotazo a los que se llama erroneamente empresarios (éstos serian los que realizan un ejercicio de producción con el empleo de capital, mano de obra, tecnología, distribución, etc… en partes similares) cuando en realidad son especuladores (aquellos que emplean como medio de producción casi en exclusividad el capital); en cuanto a los trabajadores, parece que los primeros son los funcionarios, luego los que trabajan en oficinas con aire acondicionado, los que más cobran y por último los que se dedican al sector servicios (restauración, hoteles, etc…), a la agricultura, a la ganadería (estos últimos sectores son los que han empleado a mayor cantidad de mano de obra inmigrante). Esos inmigrantes a los que ahora se les echa en cara que el trabajo de España debe ser para los españoles, que colapsan la seguridad social y que son el motor de la delincuencia.
Tras dos crisis económicas, no hemos sido capaces de superar la crisis moral y de valores que padece la sociedad española. La dictadura Franquista inculco entre otros el de la dignidad del trabajo bien hecho, pero la democracia ha introducido a este respecto la valoración del “pelotazo” como norma suprema del trabajo.

4 comentarios:

Benito Ortega dijo...

Querido amigo, me parece que te has pasado de pueblo al afirmar que: "la democracia ha introducido a este respecto la valoración del “pelotazo” como norma suprema del trabajo".

Si eso lo ha hecho la democracia apaga y vámonos. Como sabes lo de antes yo no lo he vivido, pero quiero pensar que la democracia ha traído muchas cosas buenas.

Los que han traído cosas malas son los que se han aprovechado de la democracia para sus intereses cuasi (y sin el cuasi) mafiosos: llámale batasunos, etarras o especuladores; que más me da.

Todos han hecho mucho daño, y frente a la dejadez que los alimenta, deberemos revelarnos con nuestra dignidad para trabajar por una España mejor; porque si no habremos perdido hasta nuestro orgullo.

He dicho.

Jose L RAya dijo...

Querido amigo.
Quizá no me exprese mal; lo que intento decir es que "el pelotazo" es a la democracia como "el desarrollismo de los 60" al franquismo.

Que el valor más en alza de las bonanzas del 80 al 00 fue "el pelotazo", frases como "he dado un pelotazo" o "si me recalificaran la huerta, daba un pelotazo" o “para que estudiar, das un pelotazo y …” han sido en épocas de "carnaval" el ungüento de la economía, la liturgia de la sociedad y el cisma las familias; pero vive Dios que ha llegado la "cuaresma".

julian M dijo...

la diferencia entre empresario y especulador es que mientras el empresario utiliza recursos economicos propios y capital humano, el especulador no utiliza ni capital humano ni recursos economicos propios.

La empresa consta de dos partes, capital humano y recursos economicos, si no existen estos dos elementos al unisono, no puede existir empresa.

el especulador es un individuo que existe gracias a la forma de trabajar nuestro sistema financiero, el cual le permite su existencia.

Actualmente nuestro sistema financiero parece que le ha cortado las alas a estos epeculadores, y me parece bien, el problema es que nos las ha cortado a todos, inclusive a aquellos que de verdad son empresarios y que quieren llevar una actividad mercarntil.

Jose L RAya dijo...

Estupendo, siempre me importo que en el mismo saco se metieran "especuladores" y empresarios; con esta clarificación quedan definidos ambos.
estupenda puntualización; yo no quería ser tan taxativo