sábado, 28 de marzo de 2009

Convivencia en las aulas

No quiero hacer una tesis del asunto, pero si esbozar algunas connotaciones y posibles soluciones,si es que lo son o pueden serlo.
Siempre oigo, a los que entienden (docentes alumnos y padres), hablar sobre los niños antisociales o problemáticos, la falta de implicación positiva de las familias, la situación entre compañeros tanto a nivel social como sexual, etc…. y me he atrevido a apuntar algunas cuestiones.
Situación:
El análisis esta realizado en clave de tendencia, cuando digo “el fracaso escolar…..” me refiero a que la tendencia en este asunto es a que cada vez se produce un mayor “fracaso escolar….” (o que la sociedad acepta menos el fracaso escolar, como norma), la percepción es de mayor fracaso y no tiene carácter absoluto.
• Hay un declive de consideración en la figura del maestro y por ende de la educación en general; siendo percibida como un lastre para muchos jóvenes.
• Tenemos un sistema educativo que invierte cantidades importantes de dinero en que la educación sea de calidad, exista igualdad de oportunidades, no sea sexista, discriminatoria, etc….
• Las agresiones (a compañeros, docentes y personal en general) verbales, vejatorias, el daño a bienes y los daños incluso físicos, sin ser frecuentes, no son anecdóticos y van a más, tanto en frecuencia como en intensidad.
• Donde antes, los alumnos se agrupaban por afinidades personales sin criterio (la figura del líder no era clara), ahora se agrupan de forma sectaria (Con lider) por condición étnica, religiosa, socio-politica etc...
• El fracaso escolar está triunfando sobre el éxito en los estudios.
• La preparación del alumnado en España parece empeorar, según los datos de la UE.
• La figura paterna, la familia, ha pasado a ser defensora, a ultranza, del alumno en contra del docente y del sistema educativo; y mas allá, ser percibida por el alumno como la salvaguarda de sus derechos y sus mas intimas aspiraciones (lo que quiero, lo quiero ya y ahora) sin exigencia de las mínimas obligaciones.
• Tenemos la juventud con mayor información sobre el sexo; y sin embargo las enfermedades de transmisión sexual aumentan de incidencia y los abortos también ( lo de la píldora del día después y la falta de control sanitario, es de encerrar a mas de uno)
Consecuencias:
• Fracaso escolar, por influencia de compañeros y ausencia “del docente”.
• Despilfarro de dinero público que no sirve para continuar creando riqueza.
• Absentismo tanto de docentes como de alumnos por presión del medio.
• Aumento del sexismo; la mujer fruto del sistema educativo franquista era más beligerante con su situación, mas contestataria que la mayoría de las chicas actuales; los chicos presentan más roles de “machito” con denigración expresa del otro sexo, agresión verbal y física y aptitudes de propiedad sobre el sexo contrario.
• Aumento de la indiferencia física hacia los individuos distintos por razones de procedencia, religión, etc…, inicio de la xenofobia y el racismo.
• Aumento de influencias culturales, especialmente las negativas, en el ámbito de las relaciones humanas (no nos relacionamos con ellos, pero adoptamos sus normas y aptitudes como propias).
• Aumento de estructuras pandilleras, que exceden el ámbito escolar y son núcleos de anti socialización.
Soluciones:
Lo planteo como preguntas, porque no soy un experto y me gustaría que rebatierais tanto mi apreciación, antes expuesta, como las soluciones que planteo:
a) ¿sería posible y positivo volver al sistema de división en los centros escolares por niveles de desarrollo intelectual y no a la división por apellidos y por edades?.
b) ¿Sería posible y positivo, que el número de alumnos por aula se fijara en función de las necesidades del grupo y no en base a “café con leche para todos”?
c) ¿Sería posible y positivo que para que una familia llevase a su hijo a un centro público, se le exigiera un modulo de aprendizaje, en el que se le formara sobre la aptitud responsable de los padres en el área educativa?
d) ¿sería posible y positivo que si un alumno tuviese un fracaso escolar importante, los padres tuvieran que ser formados para ayudar a su hijo?
e) ¿sería posible y positivo que determinadas asignaturas se impartieran de forma diferenciada por sexos? No esoty pensando en matemáticas, fisica o dibujo.
f) ¿sería posible y positivo estudiar más filosofía, y estudiar la historia con carácter universal y no tribal (eso que algunos llaman, historia para escépticos)?
g) ¿sería posible y positivo que se pudieran segmentar clases de muy pocos alumnos para tratar comportamientos antisociales dentro de las aulas?
h) ¿sería posible y positivo que los comportamientos antisociales de los alumnos tuvieran su correspondiente implicación familiar y los progenitores tuvieran que asistir a clases en el que se les forme para controlar estos comportamientos?
Lo que propongo no es especialmente caro, las clases con menos presión ambiental podrían ser de un número superior de alumnos lo que dejaría a profesores libres para realizar acciones más contundentes en la educación de alumnos sociocomplicados; aunque obviamente tendría que haber mas docentes y estos tendrían que formarse más, en especial aquellos que tengan que ayudar estos alumnos que hemos llamado sociocomplicados.
Alguno pensara que los padres no querrán hacer los cursos; y que la ley obliga a “aparcar” a los niños hasta los 16 años. Pero si a un padre le indicas que determinados beneficios laborales, sociales, etc… dependen de que haga los cursos, la cosa cambiaria.
De otro lado, debería haber beneficios fiscales y laborales (a las empresas) para las familias en las que uno de los miembros trabaja media jornada; aunque mucho mejor sería que comenzáramos a adaptarnos a un horario de trabajo que no impusiera esas jornadas que dejan a los niños cuidados por una canguro que se llama telebasura.

4 comentarios:

Laura dijo...

Tardío pero cierto.Me refiero a mi. Creo que José Luís lleva razón, pero... pero además habría que pararse a pensar en si esta juventud que nos tiene que pagar las pensiones, está preparada, educada o predipuesta (más bien educada) a la postergación del éxito alcanzable tras el ESFUERZO.
Estos españoles de menos de 30 años se han criado en un entorno donde solo se ha mostrado la cara amable del éxito, donde solo se han visto los buenos coches, la pasta y el nivel de vida. Nadie se ha parado a inculcarles el sacrificio que hay tras eso.
Tenemos unos borregos, cuyos valores de glamour (palabra que hace referencia al brillo de lo falso) les hace creer que todo vale para llegar a lo alto, sin importar como.
Este caos de valores que nos ha acarreado un país con mucho músculo y muy poco cerebro, nos conduce a ser el país de Europa con mayor tasa de paro.
Desde mi punto de vista, esto es lo que pasa cuando la educación pasa de ser un privilegio, a un derecho (que es lo que debería ser). El problema es que se ha convertido en una obligación.
Se educa usted por cojones, cultívese por narices y sea consciente del valor de lo inmaterial por decreto ley.
Un saludo a todos.
César Mateos

julian M dijo...

La convivencia en las aulas:
a) Seria positivo la división por las ganas de trabajar, si a eso le llamamos nivel desarrollo intelectual, pues perfecto. Yo recuerdo mi primera clase en la universidad, en la que el profesor dijo que no creía ni en los listos ni en los tontos, sino mas bien en los trabajadores o no trabajadores, pues bien apliquemos esta doctrina de este magnifico profesor, por otra parte.
b) Los grupos de alumnos deberían de ser lo mas reducidos posibles, esto facilitaría la labor docente.
c) Respecto a la 3ª y 4ª cuestión, que duda cabe que la enseñanza empieza en la casa, continua en la “escuela”, y termina nuevamente en la casa.
d) No creo que fuera positivo ningún tipo de discriminación intelectual, aunque bien es cierto que a partir de ciertas edades, existen limitaciones físicas entre hombres y mujeres, y estoy pensando en la gimnasia.
e) Estoy totalmente de acuerdo con que hay ciertas asignaturas que ayudan a la formación del hombre y a ello contribuye por ejemplo la filosofía o la educación física, en cuanto a la historia, tenemos que pensar que, pobres de aquellos pueblos que ignoren su historia.
f) Detrás de un niño antisocial, seguramente hay una mala historia familiar, pero ojo, el comportamiento antisocial de un niño no se arregla metiéndolo en un aula donde hay niños sociales, seguramente un niño antisocial necesite mucha ayuda y además creo que la merece, pero si introdujéramos a este niño en un aula de niños normales, lo que seguramente haríamos, seria retrasar a toda el aula, como asi esta ocurriendo desgraciadamente en nuestras aulas.
Yo estoy seguro que el dia que se llegue a liberalizar el cheque escolar, la mayoría de los colegios públicos desaparecen, precisamente por todas estas historias de niños que van retrasados en las enseñanzas de las asignaturas y lo que hacen es retrasar a los niños que van mas avanzados.

A.E.R.C. dijo...

A mí me gustaría opinar sobre este artículo paso a paso, de la misma forma que José Luis ha estructurado el suyo. Aunque en mi opinión, no sería correcto afirmar que las conclusiones son erróneas o certeras sin definir el intervalo de edad en el que estamos trabajando (los problemas deben ir siempre acotados). He decidido por algunos comentarios de José Luis que estamos hablando de la educación primaria, e incluso podríamos abarcar el primer ciclo de la secundaria.

Por esto hablaré en esta primera parte de la situación y de las consecuencias.

SITUACIÓN.

•Es complicado entender que exista en España un sistema educativo que invierta en calidad e igualdad en la educación y por otro lado seamos considerados uno de los países de la Unión Europea con peor preparación. Esto me lleva a pensar, si las inversiones a pesar de ser cuantiosas son insuficientes o están mal administradas.
•Otro punto interesante es la nueva capacidad de los niños y/o adolescentes de dividirse por etnias, culturas y no por afinidades personales sin criterio. Yo opino que esto no es nuevo, si es cierto que están cambiando los motivos de disgregación social, pero no podemos olvidar que esa sectorización existe desde siempre.

CONSECUENCIAS.

•El fracaso escolar tiene una causa fundamental basada en la desmotivación en el aula. Los focos de desmotivación cambian con la edad, entendiendo que en edades tempranas la influencia de los compañeros son efímeras mientras que el maestro carga prácticamente con la totalidad de la responsabilidad. El docente nunca pierde la posibilidad de influir en sus alumnos, aunque ya depende de la implicación de este para con los niños.
•El absentismo de docentes es intolerable, no se debería permitir que un maestro que es la base del comportamiento del alumno, esté siendo cambiando cada pocos meses. Ya que afecta en gran medida a la estabilidad emocional de los alumnos más jóvenes.
•El tema de la desigualdad (sexismo, xenofobia, racismo…) es muy delicado, ya que culpar a la educación puede no ser adecuado, habiendo más factores que influyen negativamente al respecto. Si es verdad que algunos cambios en las aulas pueden ayudar a que los alumnos se eduquen basándose en el respeto y en la igualdad.

Las soluciones dadas por José Luis las comentaré más adelante, que ya es un poco tarde.

A.E.R.C. dijo...

Parecía que no, pero al final daré mi opinión sobre las soluciones y las conclusiones a las que he llegado.

SOLUCIONES.

a) Desde mi punto de vista esto solo ayudaría al aumento de exclusión social, las pandillas estarían mejor organizadas, ya que estamos dividiendo a los alumnos por las mismas características que se dividen ellos.

b) Esto puede ser peligroso, aunque sí que debería tenerse en cuenta las necesidades del grupo, también deberíamos basarnos siempre en un número máximo de alumnos por aula. Treinta alumnos en un aula, es una barbaridad, los del fondo no escuchan y entonces hablan, es una cadena, ya que los que están en el centro solo oyen los comentarios de sus compañeros…En primaria el número máximo de alumnos debería ser de 15 y aumentaría el número en secundaria a 20 alumnos, pero no más, ya que la eficiencia del grupo siempre es inversamente proporcional a la cantidad de alumnos.

c) Esta solución es muy peligrosa, ya que si los padres se niegan a hacer el módulo de aprendizaje no se puede no escolarizar al niño. ¿Y hasta qué punto podría ser obligatorio la realización de este?

d);h) Estos dos puntos podrían ser muy interesantes, siempre que los cursos o jornadas para los padres los realizasen toda la familia. En el caso del fracaso escolar deberían ser pequeños ciclos formativos para la familia y en el caso de que se presente un comportamiento antisocial por parte del alumno deberían hacerse jornadas al aire libre para la inserción social de toda la familia.

e) Desde mi punto de vista volvemos a separar la clase, y por tanto a hacer distinciones (supongo que de sexo), si buscamos una clase que sienta que todos los miembros son iguales no podemos separarlos en ciertas clases. Supongo que estas asignaturas a impartir son de carácter social, por lo que las clases deberían ser supervisadas para evitar que el docente (siempre atendiendo a la libertad de cátedra, pero sin mal entenderla) influencie negativamente a los alumnos.

f) Sí, sería muy positivo para el alumno conocer la historia universal al igual que la de su país.

g) De la misma forma que lo expuesto anteriormente, separar a los alumnos más problemáticos creará en estos un sentimiento de inferioridad que verán obligados a tapar bajo una máscara de hostilidad.

Ante todo esto yo expongo mis posibles soluciones para los diversos problemas que plantea José Luis en la educación.

Como he dicho anteriormente pienso que separar a los alumnos ya sea por sexo, o por comportamiento en las aulas no es una solución. Pero si que después de las clases, los alumnos que lo deseen y con carácter obligatorio, los alumnos con comportamientos antisociales, deberían de tener la opción de asistir a centros sociales que ofreciesen actividades para niños y jóvenes, en las que todos interactuasen entre sí como iguales, con juegos que activen su mente y los mantenga ocupados mientras que las largas jornadas de trabajo de los padres terminan. Si es cierto que existen lugares como estos en algunas asociaciones de vecinos o centros sociales, pero existe una falta importante de información y de financiación, ya que todos deberían tener la oportunidad de participar en estas actividades sin importar su condición étnica, social o cultural. Por otro lado, existen grupos que con fondos propios los niños pueden estar cobijados bajo un techo de alegría y paz, pero estos centros tienen carácter religioso, por lo que tampoco sería una solución aceptable a este problema.

Por otro lado, nos ocupa el problema de la calidad en la educación y de la calidad del docente. Esto debería de controlarse, ¿Cómo? Yo optaría por contratar profesionales que evaluasen esporádicamente a todos los docentes de los centros españoles. Lógicamente esto es muy costoso por lo que no se podría hacer periódicamente, pero sí que se deberían exigir informes semanales sobre las actividades realizadas por los alumnos, las faltas de asistencia y los incidentes.

En cuanto a la duda que embarga a todos sobre los padres, si aceptarían o no las condiciones. Yo opino que debemos de partir de un axioma (verdad indemostrable) fundamental, que todos los padres quieren a sus hijos y por tanto harán lo mejor para ellos. Por lo tanto si se ofrecen horarios variados para que los padres puedan elegir el mejor y se facilita por todos los medios su asistencia, ningún padre se negará.

Yo comprendo que igual mis conclusiones o soluciones son más caras que las de José Luis, pero la financiación de la educación no debería ser un problema, ya que si esta es correcta y obtenemos una sociedad implicada en el desarrollo y en su futuro, si solo consiguiésemos que la gran mayoría de los adolescentes y adultos sean capaces de aceptar las diferencias entre personas (sexo, cultura, etnia…) y sean capaces de pensar por sí mismos (la religión que profesar, el partido político al que votar o incluso si toman café o cerveza…), las soluciones planteadas serán muy baratas.

Y quisiera contestar al señor Cesar Mateos, que no debe generalizar en ese grado sobre los jóvenes de menos de 30 años, ya que siendo yo una de ellos, no considero que no luchemos, que no sintamos lo que tenemos aunque si es cierto que la vida nos ha sonreído, pero un gran porcentaje de universitarios estamos luchando para mejorar nuestro futuro, un futuro que habeis comenzado por nosotros, pero del que no estamos desvinculados.

Gracias a todos por vuestros minutos de atención.