domingo, 9 de mayo de 2010

CUANDO PROSTITUIMOS LOS SISTEMAS DE PROTECCIÓN SOCIAL (I)

Antes de comenzar me gustaría puntualizar, para mí un “empresario” es aquel señor que para desarrollar una actividad, un proyecto, interviene aportando y por tanto arriesgando, personal, financiación, tecnología, maquinaria, etc…; diferencio así al “especulador”, “inversor” o lo que ustedes quieran llamarle, que una vez conocido un negocio (en el campo de golf, en el club privado o en sitios menos dignos) se las apaña para que con una mínima participación de capital (a veces sin capital, y ni tan siquiera empresa) se queda con él, subcontratando todas sus partes.
Lo digo, porque si me refiero a “un empresario” no quiero que se confundan los términos.

El objeto de esta nota de opinión es recopilar una serie de casos que me han ido sucediendo, creo que a mucha gente les suceden total o parcialmente, en relación con las prestaciones por desempleo, y analizar la situación. Puntualizo que aunque son verídicos, están novelados para evitar que nadie se pueda sentir identificado plenamente.

Desde mi punto de vista, la falta de control, el nulo interés por la verificación, la desidia de la inspección; están conduciendo a PROSTITUIR EL SISTEMA DE PROTECCION SOCIAL.; incentivando de un lado la “pérdida voluntaria del empleo”, “la denuncia de hechos, falsa”, “la compra de jornales”, “la baja sanitaria ficticia”, entre otros; y de otro “la economía sumergida” tanto en su parte laboral como en su vertiente empresarial. De un lado gastamos más en protección al desempleo y de otro ingresamos menos por cuenta del trabajador y del empresario.

Lo cierto es que tenemos un sistema de protección social impresionante, el legislador a buscado todos los pormenores para que personas con dificultad para obtener un empleo, encuentren una ayuda a partir de lo que han venido pagando al estado los trabajadores y los empresarios, para tener cubiertas parte de sus necesidades básicas.

Seguramente las ayudas derivadas de los sistemas de protección social, son insuficientes; yo sinceramente, no me imagino a ninguna familia de cuatro miembros, viviendo con 400 o 500 euros al mes. Pero dejar que esto derive en la picaresca no es de recibo, máxime cuando de un lado tenemos trabajadores que ven en ella un complemento a sus otras retribuciones, creyendo en el derecho de tener que recibirlas (aun cuando trabajen percibiendo más de 700 €/mensuales), mientras existen otros trabajadores que deben de subsistir con esa ayuda sin que el estado pueda suplementarla, dada la situación de crisis actual.

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