miércoles, 16 de diciembre de 2009

“EN NINGUN LUGAR HE VISTO TALES LEONES DIRIGIDOS POR CORDEROS”

Este texto ha sido publicado en la Gaceta de Almeria el 24 de noviembre, pero fue escrito unas semanas antes; no obstante he creido que debe conservarse en este nuestro muro.

Durante este fin de semana he recordado estas palabras viendo al profesor Neira, gallardo hidalgo, en defensa de la afrenta; oyendo las palabras de la madre de ese universitario que en lucha desigual, aun herido pero no vencido, consiguio poner al agresor de la dama en firme huida; he recordado a los padres de Mari Cruz, los de Miguel Angel, los de Fredi, los de Carlos Saez, Diego Salva, a la madre de Marta, a tantos y tantos padres, hermanos, amigos en lucha diaria, en su recuerdo; a tantos y tantos trabajadores y empresarios que lejos de focos y cámaras luchan contra la adversidad vestida de crisis, de intolerancia, de racismo, de ignorancia; mientras nuestro gobierno se parapeta, tras ruin cobardía, bajo el lema “las decisiones las tomamos por unanimidad”.
Uno de los hechos que me hizo decidirme en mi afiliación a Unión Progreso y Democracia, es que siempre que ocurre un hecho grave, desde todos los signos políticos (PP, PSOE, IU, nacionalistas, aunque estos en menor medida) se nos conmine a los ciudadanos a tener paciencia y esperar a que todo se solucione, con frases como “no es el momento de dimitir, es el momento de resolver” o se nos indique que debemos esperar a que se modifique el código penal, con la frase “en caliente no se pueden acometer cambios” su uso de frecuente ya ni nos altera, pero siempre terminan dando a los ciudadanos con el olvido en las narices.
Hace unos días y tras el secuestro de la tripulación del buque alakrana, el ejecutivo había tomado todas las decisiones “por unanimidad”, por unanimidad ha sido la de negociar directamente, no se si de “estado español a estado pirata”; supongo que crear un gabinete de crisis y publicitarlo como tal, fue decisión “por unanimidad”, al igual que mandar a los servicios de inteligencia españoles a pagar el rescate. Pero lo de mayor gravedad, desde mi punto de vista, fue la decisión de extraditar a los piratas somalíes; en primer lugar se dijo que había sido decisión judicial en aras de su independencia (yo me sentí indignado por la actuación del juez Garzón) pero después de las aclaraciones del Consejo de Jueces hemos vuelto todas las miradas al ejecutivo, en concreto a Teresa de la Vega, como autor material de la decisión que estaba incrementando el riesgo a estos hombres. Tras las justificantes, pero injustificables, palabras de Teresa he comprendido la indignación de los familiares del alakrana, y su acusación en relación a que “nuestro gobierno les mentía”.
A estas miradas acusatorias, hacia nuestro gobierno, el consejo de ministros ha devuelto la pelota indicando que es así como se actúa y que las decisiones se han tomado “por unanimidad”; pero mi perplejidad llega a su cenit, cuando el viernes el consejo de ministros aprueba una modificación del código penal que declara delito las acciones de piratería (se ve que antes solo eras un pirata si actuabas contra las SGAE) según parece los delitos de piratería marítima eran competencia de la Corte Penal Internacional, pero ante esta situación nadie explica con que poder, orden, ley hemos traído a dos ciudadanos contra su voluntad (uno de ellos menor de edad) a nuestro país; bueno será que sus abogados no demanden al estado español por secuestro.
Pero lo más llamativo es que cuando a los ciudadanos nos pasa algo así y demandamos cambios legislativos urgentes, se nos dice “en caliente no se pueden acometer cambios en la ley del menor”, “no se puede cambiar el código penal”, etc, etc, etc….; pero cuando le pasa al Gobierno, en un fin de semana tenemos nuevo texto del código penal, que entrara por la vía de urgencia en el parlamento y nuestros “corderos” parlamentarios acataran y dirán si sin preguntar. Esperemos que Teresa no sea nuestro Haig (Douglas Haig, jefe de las fuerzas expedicionarias británicas, y que fue condecorado tras su estrepitosa derrota, mandando a miles de hombres a la muerte en la guerra de trincheras correspondiente a la II Guerra Mundial; se cree que fue de él, a quien se supone el General Max von Gallwitz, Comandante Supremo de las Fuerzas Alemanas dirigió la frese “nunca he visto tales leones dirigidos por tales corderos”) y se la premie por su fracaso, porque es un fracaso el lamentable espectáculo que estamos dando ante la comunidad internacional, y esperemos que no fracase en traer a nuestros compatriotas sanos y buenos como estaban.
La frase de Gallwitz, es una adaptación de otra de Alejandro el Grande “Nunca le he temido a un ejército de leones que sea conducido por un cordero. Mas le temo a un ejército de corderos conducido por un león”. En este como en tantos otros asuntos de orden internacional, los piratas conocen las palabras de Alejandro y saben que nosotros somos de los primeros, un país los leones sean dirigidos por corderos; aunque espero que pronto esto cambie.

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