martes, 1 de junio de 2010

CONTROL & COPAGO, EL GASTO FARMACEUTICO

Durante la semana pasada en las tertulias radiofónicas se ha debatido sobre el copago de la receta médica; yo por motivos laborales oigo poco la radio pero me ha parecido un tema interesante pero desenfocado. Interesante porque se discute sobre una parte del sistema del bienestar, ese que esta “en entredicho”, “en crisis”, “es insostenible”, etc… en la vieja Europa; y desenfocado porque no me parece que se debe hacer para recaudar, ni para resolver la crisis económica.

El dato básico de la situación, viene derivado de que cada día tenemos más usuarios de los medicamentos (envejecimiento de la población fundamentalmente) y por tanto mayor gasto; el que por asistencia al médico se cobre un euro, o por receta otro, no dejaría de ser un litro de agua para endulzar un océano de gastos injustificados e injustificables; pero no es el único dato a tener en cuenta en el asunto “medicamentos”.

a) De un lado el medicamento tiene un componente sanitario básico, pero en su “maluso” hemos de considerar que a diferencia de otros países y según la Red Española de Atención Primaria, la mitad de los botiquines de los hogares españoles contienen entre diez y veinte fármacos diferentes (REAP, Abril 2009); también desde la comunidad de Aragón se indica que “automedicarse y el mal uso de los fármacos causan el 25 % de las urgencias” en esta comunidad (COF Aragón, junio 2009).
b) En la monetaria, hemos de considerar la ciudadanía opina que gastamos mucho en medicamentos, en particular los jubilados. El ministerio indica que el incremento en esta partida es constante a pesar del abaratamiento de los fármacos (El IPC de la subclase de medicamentos ha decrecido un 25,4% en los últimos 5 años frente a un IPC general que ha aumentado un 13,4%); en 2008 gastamos unos 12.000 millones (un 8.55 % más que en 2007) y en 2009 unos 12.500 millones (un 4.47 % más que el año anterior).
c) En la económica, el medicamento es una industria en si misma, que incluye desde las farmacias y su personal, los visitadores médicos, los investigadores, etc… un negocio, según el sector 5.000 empleos directos y 15.000 indirectos. Las empresas españolas dentro del sistema suponen el 20% de la facturación del medicamento y la industria del medicamento en España exporto por valor de 8.100 millones de euros; los representantes de este sector hablan de catarsis, de cierre de empresas, de despidos y reducción en 300 millones en Investigación y Desarrollo
d) El componente social, caracterizado por la tranquilidad ciudadana al sentir cerca una farmacia a la que puede acudir, un farmacéutico que le asesorará y un sistema de protección que vela por su salud.
e) El componente picaresco, por el cual el jubilado solicita medicamentos para toda la familia, solicita medicamentos “cosméticos” cremas para el pelo, para la piel, etc… (esto cada vez en menor medida porque se han sacado del sistema muchos medicamentos por el abuso que se realizaba desde la picaresca), o se saca el medicamento y después no se usa.

En el resto de Europa la separación entre medicina pública y privada lleva desde hace años desdibujándose, medidas como la entrada de entidades sanitarias, el pago de consultas, pruebas y días de hospitalización para moderar el gasto son un hecho; la mayoría son medidas destinadas a evitar los abusos, más que a recaudar fondos; en relación con el medicamento tenemos varias situaciones:
  • Alemania: Para la compra de medicamentos, la aportación de los pacientes es del 10% del precio, con un mínimo de 5 euros y un máximo de 10. Ese copago debe ser desembolsado por todos, incluidos los pensionistas.
  • Francia: ha optado por tener muchos medicamentos fuera del sistema de protección público, y uno puede contratar un seguro privado para cubrir aquellos aspectos que el sistema de protección público no cubre.
  • Suecia y Noruega: pagas por unidad familiar hasta 180 €, a partir de esta cantidad son gratuitos, los enfermos crónicos tienen un límite de pago de 85 euros mensuales
  • Reino unido: similar a España, las más comunes se recetan gratuitamente y en otras el precio es compartido por el paciente. Mayores de 60 años, embarazadas y enfermos crónicos tienen todos los medicamentos gratis con receta.
  • Irlanda: cada hogar paga un tope de 120 euros a lo largo de un mes, a partir de ahí son gratuitos
  • Grecia: El cliente de sanidad pública, paga el 25% del precio del medicamento, pensionistas y enfermos crónicos también.
  • Portugal: Los trabajadores activos hacen frente a tres modalidades de pago: fármacos cubiertos al 100% por el Estado, al 60% y al 30%. Estos dos últimos porcentajes se elevan en un 15% en el caso de los jubilados y pensionistas. Se calcula que el Estado se ocupa de la financiación del 67% del importe total de las recetas dispensadas. Una de las características del sistema farmacéutico portugués es que determinados medicamentos que requieren receta deben ser abonados al 100% por el paciente. Los enfermos crónicos de cáncer o de diabetes están exentos del pago.
  • Italia: has de adquirir la tarjeta sanitaria para tener acceso a los medicamentos, entre otros servicios.
  • Austria: Todos los asegurados deben pagar 5 euros por cada receta para medicinas, con límites y exenciones para pensionistas, enfermos crónicos, niños y personas de bajos recursos.
  • Bélgica: Los medicamentos corren por cuenta del enfermo, salvo los antibióticos
Y vistos estos condicionantes y la situación de países de nuestro entorno, yo encuentro que en España, desde la administración se debe actuar:

1)Reduciendo el consumo de medicamentos.
2)Reduciendo la prescripción, o estableciendo dosis de tratamiento adecuadas, que no generan stock en los botiquines.
3)Reduciendo la picaresca, tanto por concienciación ciudadana, como por control e inspección.
4)Favoreciendo el desarrollo de la industria en España, apoyando la protección y patente de presentaciones, formulas, etc…
5)Luchando contra la piratería del medicamento. No parece adecuado que para la piratería de canciones tengamos mil y una norma, y apoyemos de forma tan extensa a las sociedades de autores y en la protección de la piratería del medicamento las medidas brillen por su ausencia.

Y para realizar ello y antes de que el sistema se colapse o iniciemos como nuestros vecinos la imposición de tasas o arbitrios por los medicamentos, ya desde hace mucho debiamos de hacer valorar las facturas de servicios sanitarios, también las de los medicamentos, hemos de hacer entender que "nada es gratis" y que el malgasto de hoy es la crisis del mañana.

Despues y si esto de la educación no sirve y continuamos incrementando nuestra factura farmaceutica sin aumentar los servicios, mas bien recuciendolos (se reduce un servicio cuando retiramos la cobertura sanitaria de un medicamento, por ejemplo), deberiamos de ver cual de los sistemas antes expuestos se adapta mejor a nuestras condiciones y aplicarlo; con una indicación, lo que los ciudadanos recauden por el copago que se emplee en investigación biomedica.

1 comentario:

César Mateos dijo...

Magnífica exposición. Documentación precisa y a la orden del día.
Quizá se nos olvide que el mercado farmacéutico, se rige por la ley de la oferta y la demanda, hasta a nivel de consulta del médico y por supuesto de la farmacia.
El sistema actual es buenisimo siempre que hubiera cultura de la salud, del autocuidado y por supuesto de la responsabilidad del uso de un recurso, tan preciado como oneroso, que es el medicamento que es además una conquista social. Ya no se cura solo el rico.
Por desgracia, lo que hay es incultura y desmedida afición por lo gratuito ignorando que de gratis nada, aunque sí en primera instancia, o sea cuando vas a la botica. La gratuidad de un servicio social (medicamento en este caso) genera una demanda que crece exponencialmente, los sucesivos abaratamientos del precio del medicamento solo han servido para ralentizar la imparable demanda, lastrar una industria y acabar poniendo trabas a la sostenibilidad de las farmacias. Al leer esto último no piensen en las pomposas boticas de capital, si no en los farmacéuticos de pueblo de montaña que da servicio a núcleos aislados de menos de 1000 habitantes. Esos están en peligro.
Y luego sigo, que el trabajo aprieta y eso hoy en día es un lujo.
Salud, fuerza y unión.